Cáncer de mama y linfedema
El linfedema en el cáncer de mama ocurre cuando los ganglios linfáticos axilares, responsables de drenar los vasos linfáticos de diversas áreas, entre ellas la extremidad superior, son intervenidos durante la cirugía contra el cáncer de mama o tratados con radioterapia, lo que puede interrumpir el flujo normal de la linfa.
El linfedema es una posible complicación del cáncer de mama que ocurre cuando el sistema linfático se ve afectado durante el tratamiento, como la cirugía de linfadenectomía axilar (extirpación de ganglios linfáticos de la axila) o la radioterapia. Este daño en el sistema linfático puede provocar una acumulación de líquido en los tejidos cercanos al área tratada, causando hinchazón y malestar.
Puede manifestarse inmediatamente después del tratamiento o incluso meses o años más tarde. Puede haber un leve linfedema temporal días después del procedimiento, que suele desaparecer en poco tiempo, o un linfedema más pronunciado algunas semanas después, que puede ser persistente y no mejorar sin tratamiento.
No se puede predecir qué paciente desarrollará linfedema, pero se pueden tomar medidas para ayudar a prevenirlo. Cuidar la piel, hacer ejercicio y mantener un peso saludable después del tratamiento del cáncer de mama pueden reducir las probabilidades de desarrollar linfedema.
Además, las nuevas técnicas quirúrgicas también pueden disminuir el riesgo de padecerlo.
En algunas ocasiones, cuando se realiza una mastectomía o tumorectomía, se puede realizar una Reconstrucción linfática inmediata (IRL), que consiste en realizar la anastomosis linfático venular en el mismo momento de la cirugía oncológica. Se trata de una cirugía preventiva que se debe realizar con la coordinación del cirujano oncológico.
Reconstrucción mamaria +
Trasplante de ganglios linfáticos TLNV
Existen diferentes técnicas para reconstruir el pecho después de una mastectomía. Para seleccionar el método más adecuado el cirujano tiene en cuenta las características y necesidades de cada paciente.
Algunas de las técnicas utilizadas son:
– Con prótesis directas en el caso de que haya conservación de la piel.
– Mediante la expansión tisular, utilizada cuando la conservación de piel es insuficiente o la mama es muy pequeña después de la cirugía. Se utiliza un dispositivo de expansión, como un balón de silicona inflable, que se llena periódicamente con suero salino para crear espacio, seguido por la colocación de una prótesis definitiva en una segunda cirugía. Algunos dispositivos actúan como expansores y prótesis definitivas, evitando la necesidad de una segunda intervención.
– Reconstrucción mamaria con tejidos del propio cuerpo. Existen numerosas posibilidades para reconstruir el pecho mediante colgajos de distintas partes del cuerpo. En ocasiones, se aprovecha la piel y la grasa de otras zonas para crear el pecho.
Reconstrucción mamaria con colgajo DIEP
Una de las técnicas más habituales de reconstrucción mamaria con colgajo DIEP:
Durante esta cirugía, se retira piel y grasa del abdomen y se trasplanta a la misma paciente en el área mamaria que se va a reconstruir. Las arterias y venas que nutren estos tejidos se conectan quirúrgicamente a la arteria y vena mamaria interna en el espacio intercostal lateral del esternón, utilizando un microscopio para asegurar una adecuada irrigación del colgajo DIEP trasplantado.
Este procedimiento posibilita la creación de una nueva mama que, en términos de color, tacto y comportamiento, será muy similar a la natural. En muchos casos, esta técnica también ofrece un beneficio estético adicional para el abdomen, ya que implica la extracción del exceso de grasa de manera similar a una abdominoplastia estética.
Esta técnica preserva los músculos de la pared abdominal, reduciendo así el riesgo de hernias y otras complicaciones, y además, se caracteriza por ser menos dolorosa que las técnicas tradicionales.
Después de la operación, se mantiene la plena movilidad del abdomen y la paciente puede levantarse de la cama sin necesidad de ayuda de los brazos.
En la misma intervención, se realiza el Trasplante de ganglios linfáticos o transferencia ganglionar (TLNV), y así mejorar considerablemente el linfedema del brazo.
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